Creo que en ocasiones nos
preocupamos mucho por cosas tan insignificantes, estamos envueltos en nuestro
pequeño mundo, dejamos la mente en las cosas sin valor y nos olvidamos de lo
que en verdad tiene relevancia en la vida, el ser feliz y estar en paz con los
demás y con el alma misma.
La felicidad creo, pienso y
siento que es la alegría de vivir, se poder sonreír sin ningún temor y nunca
padecer angustia, pero creo que esto en ninguna persona puede siempre reinar,
porque a pesar de todo sufrimos por detalles que se hacen parte del ciclo de la
vida, desalientos, tropiezos y obstáculos que nos hacen ser quienes somos en el
presente. Por las vivencias pasadas y las que nos faltan por recorrer creo que
nosotros somos los únicos que decidimos por nuestro bien o nuestro mal.
En una ocasión, regresando a mi
casa, venía por el camino normal cuando de repente un joven con rasgos de
estatura media y moreno venía corriendo desesperado, al pasar por el camino en
el que yo venía, me esquivó y siguió corriendo, al acércame un poco más
encontré una muchacha aproximadamente de unos 18 o 19 años, la cual estaba
temerosa y le pregunté ¿qué tienes?, ¿te pasa algo?, ¿te hizo algún daño ese
tipo? A lo que ella me contestó con voz baja, trató de asaltarme, me apuntó con
una navaja. Ella no quería hablar más, me quedé un rato más con ella hasta que
se tranquilizó un poco, cuando entonces me pudo explicar con claridad lo
ocurrido, el muchacho la había sorprendido por detrás y le apuntó con una
navaja pidiéndole su celular, dinero y cosas de valor, a lo que ella se asustó
y le dijo que le iba a dar todo pero que no le hiciera nada, que pensará en su
familia, a lo que el chico le dijo que por esa razón la hacía, pero que a lo
lejos vieron dos señores que venían pasando a lo que el chico se atemorizó y la
dejo en paz. Después de contarme esto le dije a la chica que pensará que no
había pasado a mayores y todo se había quedado en un susto, después llegó su
hermano por ella y se fue.
Ese mismo día me puse a pensar
que eso mismo que le había pasado a la joven, me pudo haber pasado a mí o a
alguien de mi familia, y es cuando te pones a pensar que en un instante puede
cambiar todo, que la vida no es justa ni clara con ciertas personas pero eso no
justifica hacer el mal, que la vida es corta para odiar o tener miedo, que tu
familia es lo único real que se tiene, que se vale llorar pero también
comprender, que nunca es demasiado tarde para volver a ser quien quieres ser,
que todos los días son especiales, que tú eres el dueño de tu felicidad, que se
debe dar tiempo al tiene, que debemos aprender a perdonar, que las cosas suceden
por algo, que lo mejor está por llegar, que las cosas siempre están en procesos
de cambio, que hay que recordar el pasado pero no vivir de él, y creo que la
más importante que me dejo está situación es:
“No compares tu vida con la de
otros, pues cada quién ha seguido un camino diferente”
Lo que le paso a la chica puede pasarnos a cualquiera, cada decisión afecta nuestras vidas para bien o para mal, hay una película que habla de eso, que hubiera pasado si te hubieras atrasado un segundo, y siempre te recomiendo caminar por lugares donde pase mucha gente sobre todo a ustedes las mujeres, saludos.
ResponderEliminar